Educación es Igual a Libertad

Solo a través de la educación las mujeres y niñas masái tendrán oportunidades económicas fuera del matrimonio. Incluso después de la introducción del programa de educación primaria gratuita en Kenia desde 2003, las tasas de matriculación entre grupos marginados como los masái se mantienen muy por debajo del promedio nacional. Actualmente, se estima que menos de la mitad de las niñas masái se matricularán en la escuela primaria. Además, se estima que de ellas solo aproximadamente el cinco por ciento se graduará y pasará a la escuela secundaria. Menos del uno por ciento completará la escuela secundaria. Los abruptos descensos se atribuyen a la pobreza, el matrimonio precoz y la mutilación genital femenina (MGF).

Todas estas barreras están asociadas a la inseguridad económica de los masái. Las familias toman decisiones por sus hijas, las únicas decisiones que tradicionalmente pueden tomar, para protegerlas de la pobreza que enfrentan todas las personas masái. Como señalan varias organizaciones, incluido el gobierno de Kenia, este es un hecho que se da por la extrema discriminación de género. El derecho a votar de mujeres y niñas, que suman más de la mitad de la población masái, no es solo un deber moral, sino una necesidad económica. Las mujeres masái deben recibir educación para que puedan ingresar al mercado laboral, convertirse en agentes activos de la economía y así dejar de ser concebidas como unidades de valor. El futuro de los masái depende de ello.

Y el futuro de las chicas masái depende de nosotros, de todos nosotros, de quienes creemos que todas las niñas tienen derecho a forjar su propio destino, a determinar lo que es y no es correcto para sus cuerpos, sus corazones y sus mentes, a tener independencia y oportunidad, a tener una educación.

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